por Alexandra I. Chen
Julio 2021
Impacto del canal en la política y sociedad
panameña
Desde el descubrimiento de nuestro istmo y desde
la primera exploración por Vasco Núñez de Balboa en 1513, Panamá ha sido un
lugar estratégico para las relaciones mundiales. A través del camino Real, el
camino de Cruces y el rio Chagres que unía los dos océanos pasaron durante tres
siglos el oro y la plata provenientes del virreinato del Perú con destino los
puertos atlánticos americanos de Nombre de Dios primero y Portobelo después. Desde
estos puertos se embarcaban los tesoros americanos que, hacia La Habana, donde
se reunían las dos flotas que habían partido inicialmente de Sevilla; los
galeones de Tierra firme con destino a Cartagena de Indias, Nombre de Dios o
Portobelo y la flota de la Nueva España con destino a Veracruz. Esta
organización de navegación de los puertos de escala y el paso terrestre por el
istmo constituía el sistema básico de relación de España con el Nuevo Mundo
hasta el siglo XVIII que entró en crisis y fue substituido por un sistema de
libre comercio. El paso del oro y la plata desde la ciudad de Panamá hasta Portobelo
era un elemento estratégico en esta larga ruta de los tesoros americanos. El
sistema histórico de navegación y de intercambios ha conformado en el área próxima
al canal un conjunto de ciudades portuarias con destacados patrimonios urbanos
y portuarios como Veracruz, Cartagena de Indias, la Ciudad de Panamá o La
Habana.
La primera persona que pudo haber pensado en un
Canal o un pasaje que permitiera la travesía entre los Océanos Pacifico y Atlántico
fue el ingeniero español Álvaro de Saavedra, quien fue un explorador con Vasco
Núñez de Balboa. El Ing. Álvaro de Saavedra instó a una búsqueda en el istmo
para lograr una conexión entre los dos océanos y sugirió que de no encontrar
una manera; ‘No podría ser imposible hacer una’. En los siguientes años, el
Ing. Saavedra participó en expediciones para estudiar cuatro rutas potenciales,
la primera en Tehuantepec en México, otra a través del Lago Nicaragua y el Rio
San Juan en Nicaragua, otra en el centro del istmo de Panamá cerca del sitio
donde se encuentra el Canal de Panamá actualmente y otro en el Darién. Bajo la
Corona Española, en 1519 la Ciudad de Panamá fue fundada en lo que ahora
conocemos como Panamá Viejo.
En 1534, la primera encuesta fue hecha para
construir un Canal entre la Ciudad de Panamá y Nombre de Dios, el puerto español
más grande en la Costa del Caribe. Por alrededor de 30 años las autoridades
españolas jugaron con la idea de tener un canal interoceánico en el istmo.
Desafortunadamente, las paradojas teológicas y la ortodoxia religiosa de la
época no permitieron que ocurriera un esfuerzo artificial, que no fuera
ordenado por Dios. El plan del Canal fue archivado por los próximos dos siglos
y medios.
La Doctrina
Monroe y El Canal de Panamá
El problema del
canal volvió a surgir en la década de 1820. En los primeros años del siglo XIX,
a través de medios diplomáticos, los Estados Unidos arrebató Florida del
control español y se aseguró una frontera Sur segura con un paso libre hacia el
Golfo de México y el Caribe. Después de observar cuidadosamente el movimiento
de libertad latinoamericano desde 1810 en adelante, la histórica Doctrina
Monroe, que se dice que es un hito en la esfera de influencia continentalizada
estadounidense, fue declarada en 1823.
El presidente
Monroe por su doctrina no sólo asumió la contaminación de la política europea
para no extenderse más allá del Atlántico, sino que también vinculó los rumbos
socioeconómicos y políticos de América Latina al destino manifiesto de los
Estados Unidos. Por lo tanto, cualquier diseño del Canal en la región estaba
reservado a la aprobación del gobierno de los Estados Unidos. Entre los años
1825 y 1826, un grupo de comerciantes de Nueva York reclamaron apoyo
centroamericano, además, se anunció la creación de una empresa del Canal para
construir un pasaje en el istmo. Sin embargo, esto no tuvo consecuencias
graves.
En el año 1840,
dos acontecimientos influyeron de manera muy decisiva en la política del Canal
en la región. El primero, en 1840, Gran Bretaña, la impresionante potencia
marítima de la época, estableció asentamientos a lo largo de la costa de
Nicaragua. El segundo, el descubrimiento de buscadores de oro que querían
cruzar el istmo por cualquier medio para echar mano a la fortuna californiana.
La presencia británica en Nicaragua significó un diseño territorial de Gran
Bretaña en América Central. También se consideró que Gran Bretaña podría optar
por la construcción de un Canal en la región bajo el control exclusivo de Gran
Bretaña. A la luz de la Doctrina Monroe, parecía que tanto Gran Bretaña como
Estados Unidos competirían ferozmente para conquistar el rumbo político de
Centroamérica.
En 1850, ambos
países firmaron el tratado ‘Clayton-Bulwer’ que no solo trajo lo un descanso
diplomático al tema del Canal, sino que también decidió de manera muy decisiva
el tema del liderazgo en América Latina. Además, se desactivó la ambición
británica de construir un Canal en América Central para controlar las futuras
perspectivas comerciales de la región. El desarrollo en California por otro
lado proyectaba la urgente necesidad de tener un Canal interoceánico. Al mismo
tiempo, tanto Nicaragua como Panamá (entonces una provincia de la Gran
Colombia) compitieron agresivamente para resaltar el mérito de su lugar para
ser elegidos como el futuro sitio del Canal. Mientras respondían al tráfico
transístmico generado por la gran vía hacia la Costa Oeste de América del
Norte, los barcos de vapor privados comenzaron a jugar entre Nueva York y el
istmo en el este, y el istmo y San Francisco en el Oeste. En el año 1853,
10,062 buscadores de oro llegaron a San Francisco a través de Nicaragua en
comparación con 15,502 a través de Panamá.
La victoria
diplomática de los Estados Unidos sobre Gran Bretaña le otorgó a los Estados
Unidos principalmente dos ventajas. Estados Unidos podría evitar la colisión
con una potencia naval como Gran Bretaña. En segundo lugar, mientras se reserva
el derecho sobre cualquier diseño futuro del Canal, Estados Unidos suspende
diplomáticamente el tema, posiblemente con la idea de que podrían fortalecerse
gradualmente en la región y decidir el tema del Canal de manera unilateral.
En el año 1869
la construcción del Canal Suez hizo famoso al francés Ferdinand de Lesseps, no
solo en el mundo de la ingeniería sino también en el mundo social y comercial
en los círculos de Europa. Ferdinand de Lesseps después de su éxito en el Canal
de Suez, quiso repetir su historia de éxito en Panamá. La Compañía Universal
del Canal Interoceánico de Panamá, compró por 10 millones la concesión de la
construcción de un Canal interoceánico en el Istmo de Panamá.
El 60% de los
trabajadores que llegaron a las costas panameñas para trabajar en la
construcción del Canal eran originarios de las islas caribeñas en aquel
entonces bajo mandatos francés, británico y holandés. En las décadas de 1870 y
1880, inmigrantes antillanos llegaron al Istmo ante la demanda de obreros para
los proyectos del Canal Francés. Este proceso migratorio originó graves
problemas de índole social y económico, a tal grado que se vieron obligados a
formar ligas obreras en pro de la defensa de sus intereses económicos. En 1889, existió una significativa presencia
de chinos en el Istmo, que se dedicaron a diversas actividades como
abarroterías, lavanderías, que sirvieron indirectamente a la población del
Canal Francés. Los chinos dominaban el comercio mercantil y mantenían sus
viviendas en los mismos, formando uniones libres y legales con las pocas castas
españolas, como con las incontables mulatas y antillanas.
Después de 10
rigurosos años de trabajo, de Lesseps fracasó estrepitosamente en la evaluación
de la topografía del Caribe de Panamá y los otros factores locales que son
determinantes primarios en proyectos tan grandes. Muchos inmigrantes regresaron
a sus tierras nativas, mientras que otros permanecieron en el Istmo, formaron
familia y se integraron a la vida de los pueblos del Istmo. Debido,
principalmente a los contactos culturales que entonces existían. Más de veinte
mil trabajadores murieron en Panamá durante el proyecto en 1889. Además, la
idea de tener un Canal a nivel del mar resultó ser inadecuada. La aventura del
Canal de Panamá de de Lesseps no solo es un capítulo prominente de la historia
del Canal de Panamá, sino también una saga de innumerables vidas humanas
perdidas.
Los Estados
Unidos y El Canal de Panamá
En 1869, William
Seward, secretario de los Estados Unidos William Seward se dirigió a un grupo
de capitalistas de Nueva York, proclamó que tenían ‘la responsabilidad de
establecer en el continente americano una condición superior de civilización y
libertad que ha existido en otros lugares. Pero ese destino sólo puede
alcanzarse 'cortando un canal que pudiera transportar los bienes de la tierra a
bajo precio gracias a la navegación’. Además, Seward observó que ‘dado que los
norteamericanos disfrutaban del más libre de todos los sistemas
gubernamentales, y dado que esos sistemas se basaban en una producción en auge
y un intercambio comercial el mundo estaría servido por un Canal que abarataría
y abarataría la exportación tanto de las libertades del sistema como de los alimentos’.
La empresa del Canal de de Lesseps en Panamá fue recibida en Estados Unidos con
indignación como amenaza estratégica. En la década de 1880, frente a la
construcción de de Leseps, Estados Unidos exigió en términos claros que los
norteamericanos debían controlar un Canal de manera manejable para poder
reclamar: ‘Nuestro legítimo y establecido reclamo de prioridad en el continente
americano’. Para presionar aún más el asunto, Estados Unidos firmó un tratado
en 1884 con Nicaragua para construir un Canal sin la participación británica
que el tratado Clayton-Bulwer había previsto.
En el año 1890,
el interés de los estadounidenses del Canal se intensificó aún más. Además, Estados
Unidos estaba dispuesto a proyectar su capacidad militar para impulsar los
requisitos expansionistas del país. Sin embargo, consideraron principalmente a
Nicaragua como el posible sitio del Canal y, en consecuencia, también guió la
orientación gubernamental. El gobierno de Nicaragua también estaba demasiado
dispuesto a emprender tal empresa.
Diplomacia de
ruta
Para quienes
gozaron del control en la presencia de los americanos, el nombre de Phillip
Bunau-Varilla es de mucha inspiración para la historia política del Canal de
Panamá. Pero para algunos panameños, no es muy agradable escuchar el nombre ya
que lo perciben como la fuente de todo mal al que se le ha puesto a Panamá en
el pasado, presente o en el futuro. Como fuera el caso, este brillante
ingeniero francés ganó su reputación en el Canal de Suez, además había llegado
a Panamá en los años formativos de de Lesseps. En el año 1892, Ferdinand de
Lesseps asumió la responsabilidad de vender la propiedad del Canal de Panamá a
cualquier otra parte que lo quisiera para que la compañía francesa recuperara
al menos una parte de la pérdida. Phillip Bunau-Varilla se unió en 1896 con el
abogado estadounidense William Nelson Cromwell, en el esfuerzo de vender la
propiedad. Para Phillip Bunau-Varilla sus opciones eran limitadas y veía a los
Estados Unidos como un comprador potencial. Pero el Congreso de los Estados
Unidos parecía estar convencido por la ruta del Canal en Nicaragua.
Se dice que Bunau-Varilla
al darse cuenta de la remota posibilidad de los Estados Unidos de escoger a Panamá
como ruta, trató de persuadir a Alexander II de Rusia de comprar la propiedad francesa
en Panamá. Bunau-Varilla no se rindió, y aprovechando su diplomacia con otros
países y la buena imagen que tenían de Él, intentó también con Gran Bretaña. Pero,
Gran Bretaña estaba muy ocupado expandiendo sus colonias en el resto del mundo.
Para Cromwell y Bunau-Varilla la única opción que quedaba era lograr motivar y
convencer al gobierno de los Estados Unidos para que vieran a Panamá como la
mejor opción. El derecho de la Compañía del Canal Francés hacia el istmo estaba
por expirar en 1904; para acelerar el proceso, el 28 de enero de 1902 el
Senador John C. Spooner introdujo enmiendas al proyecto de ley Hepburn e instó
al presidente a comprar los derechos franceses sobre Panamá por $40 millones de
dólares. Este fue uno de los clásicos casos políticos en la historia del Canal. Tres días antes de la votación del Senado, el
16 de junio de 1902, el persuasivo diplomático francés Bunau-Varilla, logró
convencer a los Estados Unidos enviando una postal donde se veía el volcán
Momotombo haciendo erupción en el Lago Nicaragua, poniendo como prueba que el
territorio de Nicaragua era inestable. Así que la Comisión Walker tras un
reporte preliminar que había favorecido a la ruta de Nicaragua, en el reporte
final, favoreció a la ruta de Panamá.
La Guerra de
los Mil Días
El 17 de octubre
de 1899, estalló el conflicto armado entre liberales y conservadores, culpa de
sus diferencias políticas. Económicamente, este conflicto causó el cierre del
crédito en el extranjero, la paralización de casi toda actividad económica
debido a la inseguridad provocada en los campos de batalla. La moneda
colombiana casi no circulaba debido a la influencia de los extranjeros de paso
que utilizaban cuanta moneda había en circulación. A falta de un centro
bancario, había monedas de plata y de oro de Estados Unidos, México, etc. A
falta de moneda fraccionaria, los comerciantes chinos emitieron documentos
fiduciarios propios que estaban hechos de trocitos de cartón o papel cortado
con el sello del comercio, que es lo que le daba el valor y respaldo a la misma.
Para mantener a su clientela leal, estos comerciantes chinos entregaban
pequeños obsequios o agregaban cantidades adicionales en las compras de sus
clientes; denominada hoy en día como la ñapa.
La Revolución
de 1903
En 1856, Panamá
fue invadida por primera vez a raíz del incidente de la sandía, una riña
provocada por un americano que se negó a pagar su pedazo de fruta a un istmeño,
lo que dejó un saldo de 15 muertos entre los estadounidenses. Por el Tratado Mallarino-Bidlak de 1846 firmado por
Colombia y Estados Unidos, los primeros dejaban que los Estados Unidos
mantuvieran el libre tránsito y la neutralidad del Istmo. La presencia de los
estadounidenses en Panamá era también económica y cultural, controlaban
actividades relacionadas a la banca, el comercio y la navegación. Publicaban
periódicos en inglés, dirigidos y financiados por estadounidenses, a través de
los cuales se fomentaba el racismo y se generaba un sentimiento separatista
entre algunos sectores.
Estados Unidos intervenían
en Panamá por los más diversos pretextos: asegurar la neutralidad y
funcionamiento del ferrocarril, proteger sus propiedades, responder a los
llamados de los funcionarios liberales o conservadores que los solicitaban para
enfrentar a sus adversarios durante una guerra civil; y hasta a obligar al
gobierno del Colombia para que abrieran el puerto de Colon durante una epidemia
de cólera en 1895.
Panamá era un
territorio codiciado en la estrategia imperialista de los estadounidenses. El
querer dominar el caribe y facilita el acceso rápido al Pacífico, la integración
de sus dos costas, expandir el comercio hasta el extremo oriente para favorecer
económicamente a la marina mercante y desplegar su fuerza militar por los
cuatro puntos cardinales del orbe.
La Nueva Nación
de Panamá
Panamá siendo
aún una provincia de Colombia, en enero de 1903; el presidente Theodore
Roosevelt un activo proponente de la ruta de Panamá y el secretario de estado
John Hay empezaron sus negociaciones con Colombia. Colombia accedió en
principio a dar a los Estados Unidos 99 años de arrendamiento por las 6 millas
de la Zona del Canal en Panamá. En cambio, los Estados Unidos debía a pagar a
Colombia la suma de $10 millones de dólares, más un pago anual de $2,500.00. Estados
Unidos ratificó este acuerdo, pero el 12 de agosto de 1903 el Senado Colombiano
lo rechazó. Fue una terrible noticia para Bunau-Varilla y Cromwell y una gran
confusión para la política de los Estados Unidos.
Fueron Cromwell
y Bunau-Varilla los que vieron una tendencia fuera de control del pueblo
panameño, las guerras y los revolucionarios istmeños. La parte más interesante
de la revolución y la posterior secesión de Panamá de Colombia fue que
Buanu-Varilla aparentemente ganándose la confianza del presidente Roosevelt y
del secretario de estado John Hay, preparó la bandera de la nación y guió el
modus operandi de la llamada Revolución de Panamá. A cambio de este gesto, el
líder revolucionario de Panamá, el Dr. Manuel Amador Guerrero quien luego se
convirtió en el primer presidente de la República de Panamá, otorgó
temporalmente a Bunau-Varilla el título de Ministro Plenipotenciario de Panamá,
por lo que Bunau-Varilla que se encontraba en los Estados Unidos podía asegurar
de inmediato el reconocimiento estadounidense de la nueva condición del Estado
de Panamá y negociar con los Estados Unidos en nombre de Panamá el Tratado del
Canal. El 3 de noviembre de 1903, el Dr. Manuel Amador
Guerrero declaró la independencia de Panamá, mientras que los buques de guerra
estadounidenses USS Nashville y el USS Dixie se encontraban en las costas de
Colón.
El 6 de noviembre, los Estados Unidos
reconocieron la independencia de Panamá. El 15 de noviembre, el secretario de estado
John Hay presentó a Phillip Bunau-Varilla el borrador del tratado oficial del
Canal de Panamá. Pero, el siempre persuasivo político francés, entregó su
propia versión del tratado. Al siguiente día, la versión de Bunau-Varilla fue
aceptada y firmada por John Hay y Phillip Bunau-Varilla.
Las autoridades
norteamericanas contrataron a cerca de 20 mil trabajadores de España, Italia y
Grecia. La migración de trabajadores a Panamá para construir el Canal
transformó el Istmo. La población se multiplicó varias veces en las primeras
dos décadas del siglo pasado. La ciudad de Panamá que tenía un área de apenas
dos kilómetros cuadrados en 1903 se expandió hacia el cerro Ancón y las
sabanas, para ocupar un área de 40 kilómetros cuadrados: El Chorrillo,
Calidonia, La Exposición y Bella Vista. La población de la ciudad pasó de 15
mil habitantes a 60 mil habitantes. En el caso de Colón, el impacto fue aún más
impresionante.
Mientras que la
llegada migratoria asiática ha ensanchado el horizonte de la vida cotidiana
panameña. Los chinos trajeron consigo diversas profesiones, entre escultores,
ebanistas, poetas, filósofos, calígrafos, músicos, pintores, arquitectos,
escritores, médicos; y su apego a las costumbres y conocimientos como el Feng
Shui, el te, la ópera y la danza. La necesidad de los chinos por sobrevivir hizo que colonizaran la
campiña interiorana de Panamá, algunos de ellos establecieron negocios,
producía miel de caña (raspadura), fabricaban Mafá que en el lenguaje chino
significa flores trenzadas.
Muy pocos
trabajadores de Europa se quedaron en Panamá. Muchos regresaron a sus países de
origen, otros siguieron camino hacia otros países de la región y unos pocos se quedaron
en Panamá. Algunos prosperaron en el comercio local y otros, incluso, se
trasladaron a las áreas rurales con el fin de emprender actividades
agropecuarias.
La realidad de este tratado es que no fue
negociado por ningún panameño. Este tratado le quitó todo lo que Panamá debía
conservar para mantener su condición de soberanía y le otorgó a Estados Unidos
todo el poder. En lugar de darle 99 años de arrendamiento como se estaba
negociando con Colombia, le otorgó la perpetuidad y los derechos de expropiación
en áreas adicionales de tierra o agua que podría necesitar en cualquier lugar
de Panamá. Además, los Estados Unidos tenían el derecho militar de intervenir
fuera de la Zona del Canal para mantener el orden si así fuese necesario.
El Tratado Torrijos-Carter de 1977, derogó el
Tratado de 1903. El 31 de diciembre de 1999 a casi un siglo de la firma de su
tratado, el Canal de Panamá pasó a manos panameñas. Esto requería que los
Estados Unidos se retiraran de la Zona del Canal que había estado ocupada por
los estadounidenses desde 1903. La bandera de Estados Unidos fue reemplazada
por la bandera de Panamá. Fue una gran victoria política y diplomática para
Panamá lograr esta hazaña. Gracias al general Omar Torrijos, quien aprovechando
el desborde político de los disturbios de la bandera de 1964 dirigió el
sentimiento panameño hacia la causa de negociar un tratado justo con los
Estados Unidos.
Tras dar un golpe de Estado en 1968, el General
Torrijos poco a poco orientó el rumbo político para llevar a los Estados Unidos
a negociar. Además, movilizó eficazmente a la opinión pública internacional
contra los intereses de Estados Unidos en la Zona del Canal. En un
acontecimiento significativo cuando los Estados Unidos alababa la soberanía
absoluta sobre la Zona del Canal, el General Torrijos organizó una reunión
especial con el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en la Ciudad de
Panamá. El 21 de marzo, trece de los quince miembros del Consejo de Seguridad
aceptaron una resolución apoyando la postura panameña sobre el tema. Mientras que
Gran Bretaña se abstuvo, Estados Unidos ejerció su tercer veto desde 1945 para
anular la resolución. Dada la polémica política, el Canal de Panamá ha generado
un enorme interés y actividad humana.
El General Torrijos poco antes de la firma del
tratado de 1977 afirmó: 'El recurso más grande, la más grande riqueza que este
pueblo tiene, que es el Canal, debe estar al servicio de la economía de este
pueblo y no al servicio de unos pocos. No crean que vamos a cambiar por amos
nativos los amos yanquis. No, eso es mentira'.
La Actualidad
Efectivamente, el Canal de Panamá recortó la
distancia entre los puertos del Pacifico y Atlántico, apoyó al desarrollo de la
nación panameña ya que el mayor aporte directamente a la economía proviene del
canal, además que revolucionó el comercio mundial al permitir grandes ahorros
de tiempo y dinero para un mundo que todavía en la actualidad utiliza los mares
para mover la mayor parte de su carga.
El Canal conecta más de 140 rutas marítimas y
1700 puertos en 160 países. Según estudios economistas, los países que más se
han beneficiado con el canal son Estados Unidos y China.
El Canal es manejado por la empresa estatal
‘Autoridad del Canal de Panamá (ACP), que opera con autonomía financiera y
patrimonio propio. Los panameños han usado el canal para generar más negocios
principalmente de logística, servicios y turismo, logrando el empuje al
desarrollo del país.
A pesar de todo el éxito económico y logístico
que ha tenido el Canal de Panamá, la desigualdad y la pobreza, especialmente de
las comunidades indígenas sigue siendo el talón de Aquiles de Panamá.